De vacaciones en Cuba

Visitar Cuba es un auténtico lujo para los amantes de los viajes. Hay tantas formas de recorrer la isla y tantos lugares mágicos que conocer, que es imposible volverse sin ganas de más. Así que con ilusión enorme de repetir os cuento mi experiencia por tierras cubanas.

Este viaje fue una sorpresa de mi marido por mi cumpleaños. Se encargó de organizar todo con la agencia IEST, de cuyos profesionales ya nos consideramos prácticamente amigos porque nos conocemos desde hace años.

Llegué al aeropuerto sin saber a dónde nos dirigíamos. Obviamente él sabía la ilusión que me hacía conocer Cuba pero no pude creerme del todo que ese era nuestro destino hasta que ya llevaba un rato en el avión. ¡Fue muy emocionante!

Como decía, en esta pequeña isla del Caribe hay mucho que ver y que hacer, así que inevitablemente hay que seleccionar, a no ser que se cuente con mucho tiempo para recorrerla con calma.

En nuesto caso, mi marido e IEST diseñaron una ruta personalizada pensando en lo que más nos podía encajar según nuestros gustos. Así, entre nuestras paradas estaban la Habana, Cienfuegos, Cayos de Cuba, Pinar el Río y Valle de Viñales.

La Habana es parada obligatoria en Cuba. La Habana Vieja es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Una zona rica en cultura e historia que hay que literalmente «patear» para no perderse nada interesante: sus plazas, fortalezas, edificios… Después está la Habana Moderna, con su mítico malecón y muchos otros atractivos para los visitantes. Esa combinación de las dos «Habanas» hacen para mí que se trate de una ciudad única.

Cambiando totalmente de tercio, tras la Habana nos dirigimos a la zona de Pinar el Río y Valle de Viñales. Dicen que aquí se cultiva el mejor tabaco del mundo, pero el objetivo de nuestra visita fue la de recorrer el precio valle salpicado de manantiales, pequeñas aldeas y restos de Historia. Aquí se encuentra Las Terrazas, considerada la primera aldea de desarrollo sostenible de Cuba, donde conviven artistas y agricultores orgánicos en un paisaje de montaña. Se pueden hacer rutas de senderismo, visitar las plantaciones de café y admirar la belleza de sus cascadas. Merece también la pena acercarse hasta Soroa y disfrutar de un paisaje de postal.

Otro gran descubrimiento fue la ciudad de Cienfuegos, situada frente al mar. Su ubicación, su arquitectura, su estilo colonial, su ambiente «naútico» y su animación nocturna hacen que se trate de un enclave encantador para hacer una parada durante el viaje.

Si hablamos de playa, el centro turístico por excelencia en Cuba es Varadero. Pero nosotros quisimos huir un poco de las playas más «masificadas» y buscamos algo más íntimo en los Cayos, formado por islotes de arena blanca y agua de poca profundidad adornadas por arrecifes de coral. Es la típica estampa de playa paradisíaca caribeña. Aquí pasamos los últimos días de nuestro viaje relajándonos y disfrutando de la cultura, playas, gastronomía y música más puramente cubana.

Estefanía, Salamanca