Mi empresa se dedica a la producción cinematográfica y tras surgir un interesantísimo proyecto en Estados Unidos, seleccionaron un pequeño grupo de directivos para pasar unos días en Los Ángeles. Y yo tuve la suerte de estar entre ellos.
La idea era conocer un poco más de cerca el mercado cinematográfico estadounidense y, por supuesto, empezar a mover el nuevo proyecto en el que ya debíamos empezar a trabajar. Al ser un viaje de trabajo, la empresa se encargó de todos los preparativos, con la ayuda de IEST Viajes. Hay que decir que la organización fue inmejorable. Estaba todo perfectamente planeado y los hoteles y localizaciones de cada una de las reuniones nos hicieron la estancia de lo más agradable. Al acabar las jornadas de trabajo, tuvimos la posibilidad también de visitar los principales atractivos de la ciudad y disfrutar de algunos de sus más famosos restaurantes para cenar.
Pero entre reunión y reunión también tuvimos tiempo para viajar por la zona. Juntamos el fin de semana con un par de días más libres y los seis compañeros que viajamos hasta allá nos hicimos una escapada para conocer al Oeste Americano.
Alquilamos dos coches y pusimos rumbo a San Francisco. A pesar de tener poco tiempo, no dudamos en hacer la ruta en coche para disfrutar con calma de la zona. Fue un viaje de cinco horas, pero no nos resultó nada pesada. Primero, por la buena de compañía. Nos llevamos muy bien entre este el equipo y, aunque nunca antes habíamos viajado juntos, lo pasamos en grande. Y, segundo, porque el trayecto merece muchísimo la pena: pasas por pueblos preciosos y escenarios de película.
Por fin llegamos a San Francisco, con muchísimas ganas de perdernos por la ciudad. Dos de mis compañeros ya la habían visitado y nos hicieron de guía para, en poco tiempo, no dejar de ver lo imprescindible.
Nuestra siguiente parada fueron Las Vegas. Recorrimos los casinos más míticos de la ciudad, los hoteles más famosos y hasta encontramos tiempo para asistir a un espectáculo del Circo del Sol. Además, desde la agencia nos organizaron una excursión fascinante: sobrevolar el Cañón del Colorado en helicóptero. ¡Fue de lo más emocionante!